Efectos de chuparse el dedo:
El hábito de chuparse el dedo es una costumbre muy común en niños menores de 4 años.En general, este hábito se asocia a una búsqueda de un refuerzo placentero. Sin embargo, puede ocasionar la aparición de maloclusiones o deformaciones dentales y alveolares.
El hábito de chuparse el dedo no es preocupante en niños menores de 5 años. No obstante, en caso de persistir en el tiempo y coincidir con la aparición de los dientes definitivos, repercutirá en la posición de los dientes y de la lengua. La gravedad de las alteraciones producidas dependerá de la duración, intensidad y frecuencia del hábito.
Éste hábito provoca generalmente un desplazamiento hacia delante de los incisivos superiores. A la vez, los incisivos inferiores pueden verse desplazados hacia atrás.
La presencia de un dedo impide la erupción normal de los incisivos, dando lugar a una mordida abierta anterior. Como la lengua no puede colocarse en la zona superior porque el dedo ocupa el lugar y impide la acción extensora de la lengua, estos niños presentan mordida cruzada transversal unilateral o bilateral (paladar estrecho).
¿Como lo solucionamos?
Se debe trabajar a partir de los 5 años. Así el propio paciente es consciente del mal hábito y puede dejarlo poco a poco. Para ello, el apoyo de un profesional será vital para abandonar este mal hábito.
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